Se publicó a nivel nacional la normativa que regulará la formación de quienes realicen endoscopías. “Este documento marcará un antes y un después en la práctica médica”, aseguró la cirujana Carina Sequeira.
La Secretaría de Salud y Desarrollo Social de la Nación publicó el documento llamado “Directrices de calidad en endoscopía”, un trabajo en conjunto con las instituciones científicas más importantes del país que establece la normativa a nivel nacional para realizar intervenciones endoscópicas.
“Muchas veces se marca una cantidad estadística de prácticas, que hacen a un profesional experto a partir de cierto número de endoscopías altas y bajas. Sin embargo, no alcanza solo con este dato: hay que demostrar competencias en todo. Saber interactuar con el paciente, poder establecer un diagnóstico, tener un marco teórico, dominar las habilidades y destrezas, saber liderar y comunicar, y, principalmente, saber manejarse en eventos adversos”, sostiene en diálogo con Crónica, Carina Sequeira, (MN 101714 y MP450254) miembro de la Asociación Argentina de Cirugía (una de la instituciones consultadas para redactar las directrices) e integrante del equipo médico del Sanatorio Ramón Cereijo de la Red de Clínicas Santa Clara.
La cirujana Carina Sequeira fue una de las especialistas consultadas para la elaboración del documento. (Foto: Hernán Nersesian, Crónica)
El documento comenzó a tratarse en noviembre de 2017, cuando el en aquel entonces Ministerio de Salud convocó a diferentes asociaciones para desarrollar una nueva forma de regular la práctica profesional y establecer los requerimientos mínimos edilicios, de instrumentación, formación y responsabilidad ética. Paradójicamente, el llamado tuvo lugar sólo dos meses antes de la muerte de la legisladora y periodista Débora Pérez Volpin en un caso que se investiga como mala praxis.
El documento publicado “marcará un antes y un después en la práctica endoscópica”, asegura Sequeira ya que establece una serie de requisitos indispensables en la formación del profesional para ser habilitado a la práctica de este tipo de intervenciones. A partir de ahora, entonces, gastroenterólogos y cirujanos generales y pediátricos deberán acreditar experiencia en las instituciones médicas a las cuales pertenezcan. “Cada sociedad científica será responsable de establecer cuáles son las pautas que requiere en la formación de sus profesionales para que puedan practicar estos procedimientos. En la Sociedad Argentina de Cirugía, por ejemplo, ya están estipuladas desde hace años”, aclara Sequeira.
La importancia de la simulación en la formación profesional
Históricamente, fueron los gastroenterólogos quienes impartieron conocimiento en el área y la práctica de intervenciones. De hecho, hasta hace poco tiempo atrás no existía ninguna especialización en endoscopía para cirujanos. Fue recién hace 7 años, cuando comenzó a dictarse el curso “Hands on” (un término norteamericano que significa “Manos a la obra”) de endoscopía flexible, creado por la Dra. Sequeira junto a un grupo de expertos en la materia, para capacitar a los profesionales.
“Antes el proceso de aprendizaje consistía únicamente en teoría, pasando a la intervención tutorizada en pacientes. Ahora, la formación incluye el entrenamiento teórico y la práctica en simuladores virtuales de alta complejidad. De este modo, los profesionales adquieren conocimiento mediante simulaciones para luego, sí pasar a la instancia de intervenciones tutorizadas con un profesional experimentado que supervisa el paso a paso”, afirma Sequeira.
Finalmente, la doctora aclara que las políticas de salud en el país han cambiado en los últimos años, centrándose más en el paciente y no en el profesional a cargo. Es precisamente por este motivo que las simulaciones tomarán un rol cada vez más importante en la formación de profesionales. “Antes todo se centraba en el cirujano, en el profesional. Ahora se focaliza en el paciente. Para desempeñarse en cualquier rama de la medicina, uno debe recibir entrenamiento sobre prácticas simuladas. Para que el futuro profesional aprenda a enfrentar a ese paciente y disminuya el índice de error o eventos adversos”.
Por Jimena Golender
Fuente: cronica.com.ar